Al contacto
un sonoro hilo de pus
brota de los oídos.
Ratones desprenden las mejillas
y husmean el hueco de la boca.
Perros cadavéricos
olfatean el hedor sublime.
Colmillos revientan
gusanos de luz se esparcen.
El vapor de la basura
hace fiesta. Las moscas alrededor
enlarvan los ojos
que cuelgan de las cuencas.
El aire se descompone:
las sombras son las horas
que se gangrenan.
Nadie supo quién fue.
Y las cuerdas que lo atan
le desgarran las coyunturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario